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Dietas para adelgazar rápido y otras formas de morir joven.

Tiempo de lectura: 7 minutos, 10 segundos

Qué fácil es saber de todo hoy en día, y sobretodo de dietas y nutrición. ¡Estamos rodeados de expertos!

Da igual que tengas estudios o no, cualquiera te hace en 2 minutos una dieta y una rutina de entrenamiento preguntándote sólo tu peso y altura. ¡Son unos genios!

Y todo ello gracias a Internet. De hecho, hace poco me compré un molinillo de café super extraño, y curiosamente encontré un videotutorial que explicaba su funcionamiento en Youtube, poniendo simplemente su marca.

Es increíble.

Y es que podemos aprender de cualquier cosa, cuando queramos.

En menos de lo que tardas en darte cuenta que ese molinillo de café solo necesitaba pilas para funcionar puedes saber el clima que hará en Japón o que ha desayunado la única Spice Girl que cantaba bien.

Pese a que soy simple (el típico que aplaude en el avión cuando aterriza), cada día me sorprende más la cantidad de gente que cree que existen dietas milagrosas para perder peso de manera increíble en tan solo 2 días.

 

Estoy hablando de artículos amateurs con infinidad de consejos basura sobre nutrición, referenciando artículos científicos de universidades perdidas de la mano de dios que no sirven ni para apuntar la lista de la compra, y no tienen evidencia alguna.

Por ello, he decidido resumir y desmentir los principales tips sobre dietas que encontramos por la web.

Así al menos podréis gastar el tiempo en cosas útiles, como descubrir de una vez por todas por que el molinillo de café que tanto os gusta y os habéis comprado es en realidad una batidora. 

 

Mito 1: Hay que incorporar muchísimas proteínas en la dieta.

 

 

 

Menos mal que, actualmente, las dietas hiperproteicas y el Método Dukan han pasado a mejor vida y han sido retiradas (como la licencia del propio Pierre Dukan), y ya no son muy seguidas.

No obstante, existe un amor desmesurado por las proteínas, comiéndolas en exceso cuando iniciamos un régimen y evitando las grasas y los hidratos.

Pese a que cada persona es un mundo, en un individuo sano se recomienda un consumo de unos 0,8-1,5 g/Kg/día, muchas veces necesario incrementarlo hasta 2 o 2,2  (cuidado con generalizar que este valor es muy pero que muy variable dependiendo de cada individuo, pero por aproximar «un poco»), y su exceso se traduce en ciertos efectos nocivos entre los que destaco:

  1. Alteraciones renales y hepáticas, pues son los encargados principales de metabolizarlos. Tienen que echar horas a destajo para compensar la ingesta, y acaba pasando factura.
  2. Incremento de la oxidación de los aminoácidos (que forman las proteínas), que acaba acidificando el medio y pudiendo ocasionar alteraciones cardiovasculares, respiratorias e incluso neuronales.
  3. No absorbemos todas las proteínas que consumimos de más, pero el dinero que os gastáis en los suplementos no vuelve a vuestra cartera.
  4. Aumento de los niveles de fósforo, relacionados directamente con el calcio (problemas en la asimilación del calcio).

 

Es cierto que son muchos los beneficios y resultan vitales para el crecimiento y la regeneración muscular, entre otras cosas, pero ojo a pasarnos.

También os mentiría si os dijera que es fácil calcular cuantos gramos de proteínas son necesarios para cada uno de nosotros, en consulta me cuesta lo mio y eso que trabajo de manera personalizada. Así que ojo con los típicos amigos que lo usan en cantidades ingentes para todo.

Adjunto como revisan vuestras dietas esa gente:

 

 

Lo importante es el término medio. 

Buscar el balance entre grasas, proteínas, hidratos, vitaminas y minerales  y no os volváis locos comiendo pollo, atún y queso fresco a punta pala.

Parece un consejo algo estándar, pero sin duda es el mejor inicio posible para mejora nuestros hábitos nutricionales.

 

Mito 2: BatiProtes y suplementos dietéticos.

 

¿Quien no ha visto en cualquier gimnasio la ingesta masiva de batidos acompañados de varios suplementos como carnitina, creatinina etc…?

¡Ojo! por que no estoy diciendo que no funcionen, de hecho en ciertas situaciones su uso mejora tanto el rendimiento en la disciplina deportiva como la recuperación posterior, como es el caso de la creatina, suplemento muy bien estudiado y en constante evolución el cual ayuda increíblemente en disciplinas como la halterofília..

 

Pero siendo sinceros:

¿Cuántos de nosotros nos hemos comprado batidos de este tipo sin tener ni idea para que sirven o si los necesitamos?.

Creemos que con simplemente tomarlos vamos a ponernos fuertes y además saben de escándalo (hola edulcorantes masivos).

 

Y es que, generalizando, los suplementos tienen como finalidad aportar energía, metabolitos o nutrientes necesarios los cuales no podemos obtenerlos de una manera eficiente y cómoda con la dieta, por que son eso, suplementos

No todo sirve para todos y estamos básicamente tirando el dinero mes a mes.

 

Así pues, no tiene sentido tomarse un batido de proteínas después del ejercicio si ya ingerimos todos los nutrientes que necesitamos, en las cantidades adecuadas siguiendo nuestra dieta.

Es cierto que en deportistas de élite esto no sirve, ya que los batidos de proteínas (solos o acompañados de hidratos de absorción rápida, tipo 3:1) en estos casos permiten una asimilación bastante superior a su equivalencia en comida, lo que es clave para la recuperación del atleta si está por ejemplo en competición.

Pero, como la mayoría de nosotros, entre los que me incluyo, que entrenamos 3 o 4 veces por semana, no creo que sea del todo necesario.

 

Por ello, antes de gastaros el dinero en ese nuevo sabor tan curioso a Cheesecake (además indicando sin azúcares en el envase, pero atiborrado de edulcorantes, me las parto), tomar conciencia de qué necesitáis, para qué y buscar un producto de buena calidad, que hay mucha basura por ahí fuera (pero también los hay buenos claro).

 

Mito 3: Alimentos Light.

 

Toda dieta que se precie debe tener tortitas de maíz marca estándar, jamón york sin sal a granel y biscottes integrales. Lo bueno de todo esto es que si te quedas con hambre te puedes comer el cartón en el que vienen por que saben igual de mal.

En serio como sigan inventando alimentos sin cosas van a acabar descubriendo el agua.

La mayoría de estos productos no son ni buenos ni saludables y distancian mucho de lo que es realmente una dieta equilibrada.

 

Por ejemplo, el Jamón York.

La mayoría de envasados de este producto tienen una infinidad de aditivos, conservantes y cocinados que crean un producto nuevo. Como si de una copia barata se tratase, nos los venden como body friendly, con toda la cara del mundo. Al final no sabemos ni lo que estamos comiendo.

Por ello no queda otra que mirar el etiquetado de estos productos, no os fiéis solo de la etiqueta Light, fijaos en la mención comercial y valorar su composición.

Puede ser un rollazo, pero al final tardareis 1 minuto. Si queréis que hace a un producto light, podéis leer el articulo que postee explicándolo (¿Cómo de sanos son los alimentos light?)

Bueno vais a tardar más, pero vale la pena.

 

Mito 4: Dietas Milagrosas.

 

Hablábamos antes del Método Dukan, pero a ésta se siguen continuamente infinidad de dietas, pautas y rutinas de lo mas descabelladas.

Destacando la dieta del repollo, en la que podías comer todo lo que quisieras de este ingrediente en sopa (¿quién podría plantearse esto?), pasando por dietas que suprimen las grasas o los hidratos, full detox descontroladas y otras locuras.

 

Sé que lo fácil es coger una dieta “Milagrosa” y hacerla tal cual, pero por favor, no os creáis la mitad de la información si no sabéis el origen, o podréis estar comiendo zumos de remolacha con jengibre el resto de vuestras vidas para lograr, como mucho, un efecto rebote de recuperación de peso aún peor.

De hecho, una pérdida de peso saludable debe ser alrededor de 2 kg/mes (otra generalización que hay que tomar precauciones a la hora de interpretar, cada persona es un mundo ya sabéis), si bien puede variar dependiendo de la persona (otra vez generalizo para explicarme, pero cada individuo es distinto).

Además, ninguna dieta deberá ser inferior al 20% de vuestras Kcal diarias actuales. Al menos si no queréis llegar arrastandoos a la clase de zumba.

Todo esto es orientativo, repito, pero los límites son claros.

 

Mito 5: ¿Hidratos?, ¿Por la noche?.

 

Este tema lo expliqué ya en la entrada del blog del pasado mes. Echarle un vistazo, os dejo el link.

Hidratos de Carbono: los mejores aliados de las cenas

Para los perezosos, sólo hay que controlar la cantidad de hidratos que se ingieren, así como la calidad, pero nunca suprimirlos, sobretodo si practicamos ejercicio físico. La correcta incorporación de las cantidades necesarias atendiendo a nuestros objetivos y disciplina deportiva es la clave.

 

Mito 6: Superalimentos.

 

Comida healthy, productos detox, smoothies de frutas milagrosos, quinoa orgánica, chia ecológica, verduras bio…

Miles de productos potencialmente útiles pero marketinizados y puestos “de moda” con la característica común de su precio desorbitado.

Ya hablé de esto en la entrada Comida healthy vs comida real 

Es cierto que muchos productos pueden ser buenos coadyuvantes en dietas (para la retención de líquidos, hasta quizás gestores de grasas y mucho más), pero no penséis que por si solo son mágicos.

Parece una tontería, pero aunque lo sepamos esta gente es buena, y hacen unas cajas y envoltorios espectaculares, de colores vivos y letras llamativas acompañados de párrafos increíbles sobre sus propiedades.

 

Para acabar.

 

Con tanta información, lo difícil es encontrar algo que sea verdad.

No os estoy diciendo que lleguéis hasta la segunda página de resultados de Google, pero bueno, es vuestro cuerpo, así que quizás es bueno dedicar más tiempo para comprobar si ese tweet, post de blogger anónimo mazas-cachitas sin ninguna carrera o estudio avalado por la universidad de nadie, está diciendo toda la verdad.

Es cierto que yo tampoco soy el mejor nutricionista del mundo, ni mucho menos, pero tener por descontado que, si no se algo, me moveré para averiguarlo y lo diré con transparencia.

El consejito del día

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